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romancero del cidRomancero del Ciddiaz de vivar

Biografia del Cid Campeador (Rodrigo Díaz de Vivar

Nacimiento y genealogía

Rodrigo Díaz nació a mediados del siglo XI; las distintas propuestas dignas de estudio han oscilado entre 1041 (Menéndez Pidal) y 1057 (Ubieto Arteta), aunque actualmente cuenta con más partidarios una fecha situada entre 1045 y 1050; según Martínez Diez lo más probable es que naciera en 1048.3 Su lugar de nacimiento está firmemente señalado por la tradición en Vivar del Cid, a 10 km de Burgos, aunque se carece de fuentes contemporáneas a Rodrigo que lo corroboren, y la asociación de Vivar con el Cid se documenta por vez primera en el Cantar de mio Cid.6 Era hijo de Diego Laínez, infanzón «capitán de frontera» en las luchas entre navarros y castellanos en la línea de Ubierna (Atapuerca),7 o de Diego Flaínez, en cuyo caso se trataría de un miembro de una ilustre familia leonesa, los Flaínez,8 descendiente de uno de los cuatro más altos linajes del noroeste español, condes emparentados con los Vanigómez, Ramiro II de León y los reyes de Asturias.9 De su madre se conoce el apellido, Rodríguez (más inseguro es su nombre, que podría ser María, Sancha o Teresa), hija de Rodrigo Álvarez de Asturias, de una de las familias nobles del condado de Castilla.

Según la Historia Roderici, su abuelo por vía paterna era Laín Núñez, quien aparece como testigo en documentos expedidos por el rey Fernando I de León y Castilla, a su vez descendiente de Laín Calvo, uno de los míticos Jueces de Castilla. Sin embargo, la genealogía de la Historia Roderici parece encaminada a buscarle parentesco con los legendarios Jueces castellanos. Según Margarita Torres y Alberto Montaner Frutos, su abuelo sería Flaín Muñoz, un conde de León que vivió en torno al año 1000.

Francisco Javier Peña Pérez resume el estado de la cuestión en una monografía de 2009.13 Todas las interpretaciones parten de la genealogía de la Historia Roderici, y el propio autor de la biografía latina da su linaje con poca convicción utilizando la expresión «El origen de Rodrigo parece ser (esse videtur)...».14 Además los ancestros paternos que allí aparecen no están documentados en diplomas de la época, excepto su padre, Diego Laínez o Flaínez, de forma esporádica. Menéndez Pidal, en su monumental La España del Cid (1929), en una línea de pensamiento neotradicionalista que se basa en la veracidad intrínseca de la literatura folclórica de cantares de gesta y romances, buscó a un Cid de orígenes castellanos y humildes dentro de los infanzones, lo que cuadraba con su pensamiento de que el Cantar de mio Cid contenía una esencial historicidad. El poeta del Cantar diseña a su héroe como un caballero de baja hidalguía que asciende en la escala social hasta emparentar con monarquías, en oposición constante a los arraigados intereses de la nobleza terrateniente de León. Esta tesis tradicionalista es seguida también por Gonzalo Martínez Diez, quien ve en el padre del Cid a un «capitán de frontera» de poco relieve cuando señala «La ausencia total de Diego Laínez en todos los documentos otorgados por el rey Fernando I nos confirma que el infanzón de Vivar no figuró en ningún momento entre los primeros magnates del reino».15 Sin embargo, esta visión se conjuga mal con la calificación de la Historia Roderici, que habla de Rodrigo Díaz como «varón ilustrísimo», es decir, perteneciente a la aristocracia; en el mismo sentido se pronuncia el Carmen Campidoctoris, que lo hace «Nobiliori de genere ortus» ('Descendiente del más noble linaje').16 Por otro lado, recientes estudios han desvelado que el patrimonio que Rodrigo heredó de su padre era extenso, e incluía propiedades en numerosas localidades de la comarca del valle del río Ubierna, lo que solo era dado a un magnate, para lo que no obsta haber adquirido estas potestades en su vida de guerrero en la frontera, como sí fue el caso del padre del Cid. Se conjetura que el padre de Rodrigo Díaz no perteneció a la corte real o bien por su oposición a Fernando I, o bien por haber nacido de matrimonio ilegítimo, lo que parece más probable.17 El apellido materno, por otra parte, era de antiguo abolengo. Dado este panorama, Peña Pérez (2009) concluye:

(...) nada nos impide pensar (...) que la genealogía de Rodrigo no sea más que un artificio literario, utilizado por sus primeros cronistas, vinculados a la corte navarra, para dar brillo genealógico al que, desde mediados del siglo XII, se estaba conformando como un icono legitimador de la dinastía de Sancho Ramírez el Restaurador (...) las recientes investigaciones sobre el patrimonio material de Rodrigo y el ascendiente familiar de su madre permiten concluir que en ningún modo estamos autorizados a calificar socialmente a Rodrigo como un mero infanzón; más bien al contrario, todo apunta hacia la necesidad de proceder a una recalificación de su perfil nobiliario, en cuyas filas más encumbradas se instalaría desde niño gracias a la herencia de su padre y al apellido de su madre.

Francisco Javier Peña Pérez (2009:39)

Estatua del Cid, en Buenos Aires, obra de Anna Hyatt Huntington, inaugurada en octubre de 1935. En 1058, siendo muy joven, entró en el servicio de la corte del rey Fernando I de León, como doncel o paje del príncipe Sancho, formando parte de su séquito. Este temprano ingreso en el séquito real de Fernando I es otro indicio que lleva a pensar que no era el muchacho Rodrigo Díaz un humilde infanzón, aunque su estatus en la alta nobleza lo debió tener «en calidad de recién llegado», y no como perteneciente a una raigambre de larga prosapia. En definitiva, el mito del Cid como infanzón humilde parece más bien un intento de acomodar el carácter del personaje legendario del Cantar de mio Cid al Rodrigo Díaz histórico para aumentar la heroicidad del protagonista, caracterizado como un castellano viejo pero de condición baja, y por tanto, en la necesidad original de Menéndez Pidal de no vincular en modo alguno a Rodrigo Díaz con una familia de alto linaje, como podía ser el mítico juez de Castilla Laín Calvo.

Detalles Romancero del Cid Campeador

edicion limitada " Edición Limitada, Justificada y Firmada: 99 ejemplares numerados en arábigo."

cid numerada " Grabados: 9 aguafuertes firmados por la autora Carmen García."

cid firmada " Prologo: Alberto Montaner."

cid justificada" Papel: Súper Alfa de 250 gr."

cid carmen garcia" Estuche: Especial con peana de sujeción."

Romancero del Cid, Biografia: Edicion Limitada, Numerada, Justificada y Firmada a 99 Ejemplares Venales. Contiene 9 Aguafuertes Firmados por Carmen García. Prologo de Alberto Montaner. Estuche especial con peana de Sujecion
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